OYENDO CON LOS OJOS. LA LECTURA EN LAS PERSONAS SORDAS. C. Informe de investigación 7 Lectura y tipo de lectores Patricia Salas
Encontrar respuestas a las dificultades en la lectura de personas con discapacidad auditiva implica determinar la naturaleza de la problemática a los efectos de mejorar sus prácticas lectoras. Investigaciones realizadas por la autora con respecto a la adquisición y el desarrollo del lenguaje en estos sujetos permiten visualizar dos cuestiones centrales: las dificultades que genera la sordera en la adquisición o desarrollo del lenguaje como facultad biológica y las que se producen en el proceso mismo de la lectura. Las primeras son de índole puramente sintácticas y las segundas están determinadas por las interfaces entre sintaxis, semántica, pragmática, léxico y otros factores no lingüísticos que participan en el proceso lector. I INTRODUCCIÓN
Josefina, con gran esfuerzo e intentando recordar lo que significaban cada una de las palabras del cuento, leía : “ (.) A pesar de ello, Blancanieves abrió la puerta de la cabaña y dejó entrar a la anciana, quien había envenado la manzana que le ofrecía amistosamente. En su cuello de cisne quedó atravesado un trozo, y sin que se diera cuenta se encontró sumida en un l argo y profundo sueño.”
Su maestra de 6 año de EGB ya le había anticipado que iban a trabajar con los cuentos contados por sus papás cuando era pequeña; también le explicó que los cuentos eran narraciones que tienen un comienzo, una parte del conflicto y un desenlace. Todo esto Josefina lo sabía y también había hecho el listado de las palabras desconocidas, las había buscado en el diccionario y sin embargo no entendía para qué estaba puesta adelante la frase “a pesar de ello”, ni tampoco comprendía por qué aparecía esa anciana , cuando antes el cuento estaba hablando de la madrastra. Tampoco se le ocurría quién había envenenado la manzana. A pesar de que buscaba en el diccionario la palabra “le” y allí decía que era un pronombre personal de 3° persona que funciona como complemento indirecto y a veces se usa como complemento directo, no podía entender a quién le daba la manzana esa anciana tan buena. Siempre que leía la palabra “trozo” era cuando aparecía en los libros junto a otras como torta y queso pero allí no estaba ninguno, entonces ¿de qué era ese trozo? Luego, había encontrado la palabra cisne en el diccionario y no se lo ocurría cómo había ido a parar un ave tan linda en el cuello de Blancanieves, ni por qué se puso a dormir. Josefina tiene 12 años y odia la lectura; quizá sea porque nunca entiende para qué sirven todas esas palabras en un libro de tantas hojas cuando a ella le parece suficiente conocer algunas para pedir algo a las personas que viven con ella. Hay una razón más fuerte de por qué a ella no le gusta leer: Josefina nació sorda. Muchos investigadores afirman que la mayoría de los sordos e hipoacúsicos profundos de nacimiento llegan a desarrollar una competencia lectora equivalente a la edad de un niño oyente de
9 años. Lamentablemente esto se confirma día de día, cada vez que un niño sordo se enfrenta a un texto escrito y cada vez que un adolescente sordo abandona sus sueños de seguir estudiando en las universidades porque no comprende lo que dicen las consignas del examen de ingreso. Algunas líneas de investigación1 refieren a problemáticas de índole semántico por lo cual consideran que los alumnos con discapacidad auditiva deben aprender primero el significado de las palabras en otra lengua más accesible a ellos, la lengua de señas, para que luego puedan darle significado a los textos que leen. Sin embargo el problema no se resuelve por muchas razones; porque la sintaxis de la lengua de señas posee una simultaneidad aglutinante que se contrapone, en el proceso lector, a la sucesión de signos verbales del Español, o porque generalmente la lectura en Español está mediada por otra persona, quien traduce a Lengua de Señas lo que dice el texto. Otras investigaciones consideran que el origen del problema está en la imposibilidad de adquirir, por la ausencia de audición, una conciencia fonológica. Los métodos que se desarrollaron a partir de este supuesto intentan enseñarles la lectura luego de largas sesiones de rehabilitación a partir de la adquisición de la lengua oral y con el apoyo del texto escrito2. En muchos casos , lo niños rehabilitados con estos métodos no leen, es decir que no comprenden, sino decodifican asignando significados a los elementos léxicos y anticipando o deduciendo, a partir de los mismos, lo que quieren decir las oraciones. Para poder comprender la naturaleza de este problema tenemos que pensarnos como seres biológicos que hacemos uso, en forma inconsciente, de una facultad innata que nos inventa permanentemente. Esta facultad crea las palabras del idioma y a través de ellas crea las historias en la que cada ser humano se recrea a sí mismo. Existimos a través del lenguaje. Sin embargo, no todos entienden lo mismo cuando se habla del lenguaje. Este fenómeno tan complejo y polifacético ha suscitado muchos interrogantes a través de los tiempos y a pesar de los grandes avances científicos aún no hay respuestas que permitan explicarlo en su totalidad. Quizá sea por esa razón que no logramos dar respuesta a los problemas que genera la ausencia de esta facultad en las personas sordas. En el proceso lector interactúan diferentes módulos del cerebro para asignar significado a los signos verbales. Mediante palabras se dicen cosas, a veces se quiere decir otras; se miente, se engaña , se simula, se ironiza, se promete, se juzga, se condena, se perdona; todo ello se hace en un solo proceso. Sin embargo ese mismo proceso es tan complejo como el lenguaje mismo; definir los aspectos intervinientes puede resultar de gran utilidad para encontrar mejores formas de enseñanza- aprendizaje en estos niños. II EL PROBLEMA DE LA LECTURA EN LOS SORDOS Muchos alumnos sordos cursan la escolaridad en la Educación General Básica en escuelas comunes, egresan de la escuela media e intentan acceder a estudios superiores, pero sin embargo no pueden darse cuenta del significado de las siguientes oraciones:
1) Los zapatos se metieron en los pies. 2) Fuimos a la feria de los discapacitados.
La oración 1) es gramaticalmente correcta, aunque su referencialidad sea errónea. Muchos alumnos sordos dirán que la oración está mal, y que los zapatos no pueden meterse en los pies, sino que es al
1 El bilingüismo es una línea de trabajo que busca desarrollar en los niños sordos la Lengua de señas como primera lengua para después aprender el Español (oral y/o escrito) como segunda lengua. 2 Este método se basa en lo que se llama “filosofía oralista”. Esta línea considera que los niños deben desarrollar el habla en sus primeras etapas de vida para luego poder interactuar con la comunidad o yente.
revés; por más que el docente intente explicarles o enseñarles que a veces las palabras se usan para decir cosas ilógicas, ellos quedan sin entender. En el ejemplo 2) la incapacidad para darse cuenta de las diferentes posibilidades lingüísticas que se presentan a partir de la misma estructura superficial pone de manifiesto la inexistencia de competencia lingüística en muchos alumnos sordos. Percibir que a partir de la misma oración se puede hacer referencia a tres realidades diferentes:
a) Una feria en donde los discapacitados se exhiben a sí mismos. b) Una feria en donde los discapacitados venden algo. c)Una feria en donde se venden cosas para discapacitados.
es una tarea en la que, en muchos casos, la ambigüedad puede parecer obvia para una persona oyente , pero que sin embargo las personas sordas ni se percatan de la misma. Sin embargo, muchos de ellos usan el Español, oral y escrito, como si realmente lo supieran. En el año 20003, se realizó una investigación sobre alumnos sordos integrados en aulas comunes que reveló aspectos importantes de este problema. Se estudiaron varios casos, con características particulares cada uno de ellos, ya que habían sido educados desde diferentes métodos. Las observaciones realizadas revelaron la imposibilidad que poseen los alumnos, en mayor o menor medida, de acceder en forma autónoma al texto escrito. Es decir sin que medie la traducción, a través de las señas o por lectura de labios. En algunos casos se pudo desvirtuar la creencia que mediante la lengua de señas los sordos pueden acceder al conocimiento del Español. La lengua de señas es un valioso instrumento de comunicación pero su sistema es ágrafo, de allí que las metodologías bilingües necesiten recurrir al sistema verbal como segunda lengua. El conocimiento que poseen acerca del código lingüístico en su registro escrito sólo les permite reconocer algunas palabras y la mayor dificultad que presentan está en la comprensión de las mismas en enunciados oracionales. De ello se deduce que su comprensión lectora es casi nula. El mecanismo observado para acceder a la lectura consiste en que el intérprete parafrasee mediante señas lo que dice el texto. Considerando que dicho sistema resulta limitado para expresar con precisión el sentido de los textos disciplinares, no sólo reciben una información simplificada de lo que está escrito sino, y lo que es más preocupante, no saben4 Español escrito. Cuando se observan sus producciones y las evaluaciones de las mismas se cae en el error de suponer que pueden escribir sin dificultades y de que saben todo lo que escriben. Las observaciones pusieron de manifiesto actitudes de simulación de aprendizaje ya que transcriben textos sin comprender lo que dice, buscan información sobre un tema y luego la copian o responden cuestionarios que evalúan sólo contenidos que previamente estudiaron de memoria; además se pudo constatar que en algunos casos la producción espontánea presenta serios errores sintácticos, de coherencia temática y de construcciones sintácticamente anómalas. No se puede dejar de reconocer que muchas personas sordas poseen excelentes estrategias que les permiten comprender diferentes tipos de mensajes verbales. Si tomamos en cuenta que la comunicación verbal no consiste solamente en un intercambio lineal de mensajes sino que dichas emisiones presentan a su vez diferentes niveles de interpretación, es lógico pensar que, usando dichas estrategias, algunos desarrollan una competencia comunicativa muy eficaz. De este modo, un niño sordo puede haber aprendido el significado de la siguiente oración:
El niño que tiene problemas de audición es sordo o hipoacúsico.
Y luego, en un acto de comunicación determinado, puede “escuchar” un enunciado como:
3 Investigación realizada por la autora de esta monografía , en el marco del proyecto de tesis doctoral del Doctorado en Innovación e Investigación Educativa de la Universidad Rovira Virgili de Tarragona, España. 4 En el sentido de saber o conocer una lengua que utiliza Chomsky.
Juan es sordo cuando lo mandan a hacer las tareas.
pero haciendo referencia a una persona oyente. Los mecanismos necesarios para la interpretación del enunciado anterior no sólo requieren de la decodificación, palabra por palabra, del enunciado con sus respectivos significados y del significado de la oración en su totalidad, sino que además se necesita realizar un proceso de inferencias para encontrar sentido a la sordera atribuida a un niño oyente. Este proceso puede ser realizado en la medida en que exista en el sordo la idea previa de que los enunciados adquieren diferentes sentidos de acuerdo con los discursos en el cual se encuentran. De este modo se preguntará a sí mismo porqué se le dijo sordo a Juan si es oyente, y esto lo llevará a encontrar el sentido que en ese contexto adquiere la palabra sordo. No se trata de haber memorizado anteriormente un listado de posibles sentidos de la palabra sino de una actividad mental realizada individualmente por el niño. Estas actividades que se realizan en el plano del uso de la lengua brindan a los sordos elementos pragmáticos que les resultan de gran utilidad no sólo para su interacción comunicativa sino también para “adivinar” lo que dicen los textos que leen a partir del significado de las palabras que conocen. Sin embargo no resuelven la problemática planteada en esta propuesta; la de poder emitir o comprender enunciados que nunca hayan visto antes, utilizando estructuras gramaticalmente correctas y comprender textos sin una intermediación que transmita sus significados. En el año 2002 se realizó otra experiencia muy interesante frente a un grupo de casi 50 adolescentes sordos e hipoacúsicos5. En el transcurso de la ponencia se solicitó al público que leyera una lista de oraciones reflejadas en filminas y que expresaran lo que significaba cada una de ellas:
?? Objeto con puntas que se usa para pinchar los alimentos y luego llevarlos a la boca.
?? Lugar de una casa en donde se deja el auto estacionado.
?? Objetos de material abrigado que se ponen en las manos en temporadas de frío.
?? Acción que se realiza cuando el cuerpo de una persona sube y baja por sí mismo desde el suelo hacia arriba. ?? Acción que realiza una persona utilizando los ojos y fijando la visión en un objeto de aspecto rectangular o cuadrado y que transmite ondas sonoras e imágenes visuales.
?? Objeto de cuatro patas de diferentes materiales, sin respaldo, que se utiliza para sentarse.
?? Objeto que se utiliza para guardar útiles, ropa, etc y llevarlos en la espalda.
?? Acción de desplazarse rápidamente sobre calzado provisto de ruedas. Fue sorprendente y muy triste observar que ninguno de ellos podía entender a qué objetos se referían, a pesar de que conocían el significado de cada una de las palabras. Las hipótesis que aventuraban eran inferidas a partir de su conocimiento del vocabulario y sin tener en cuenta la relación de las palabras con las otras dentro de la oración. Lo que esta experiencia puso en evidencia fue que esas personas no poseían competencia lingüística, es decir que su conocimiento6 sintáctico del español era deficiente e insuficiente para leer oraciones que no habían visto nunca. Asimismo, en esas jornadas, se mostró otro listado de oraciones: Avisos clasificados
?? Viejito con mal de parkinson se ofrece para tocar maracas en conjunto cubano.
?? Psicópata asesino busca chica para relación corta.
?? Hombre maduro de buenas costumbres busca jovencita para que se las quite.
?? Viejo verde busca jovencita ecologista.
?? Cambio suegra por víbora. Pago la diferencia.
5 Encuentro de jóvenes sordos en Salta . 6 El término “conocimiento lingüístico” es usado aquí en el sentido chomskiano , es decir como capacidad lingüística.
?? Cambio pastor alemán por uno que hable español.
?? Vendo audífonos . No escucho ofertas.
?? Busco mujer demente y de cuerpo.
?? Joven solo y sin compromiso alquila media cama.
?? Cambio chicle en buen estado por caramelo con poco uso. También fue decepcionante advertir que ninguno se reía. La capacidad para comprender los chistes o el lenguaje metafórico, revela aspectos muy sutiles en el manejo de un idioma, en donde se involucran elementos diversos pero que tienen como base el hecho de que el que los interpreta sabe el idioma. En el caso de los adolescentes sordos de la experiencia, y ante la ausencia de competencia lingüística, resulta impensable esperar algún tipo de inferencia metafórica. III NATURALEZA DEL PROBLEMA: LA COMPETENCIA LINGÜÍSTICA. Centrar la problemática de las personas sordas en cuál lengua deben ser educadas: lengua oral o lengua de señas, significa reducirla sólo a los aspectos manifiestos del lenguaje humano, dejando de lado otras cuestiones que resultan centrales para la eficacia de cualquier modelo educativo o de rehabilitación que pretenda desarrollar la competencia en algún idioma. Cuando alguien pregunta si las personas sordas saben una lengua -en nuestro caso equivaldría a preguntarnos si saben español- las respuestas que se podrían aventurar serán de diferente índole, de acuerdo con la teorías lingüísticas desde las cuales se responda. En la mayor parte de la bibliografía que circula en Argentina sobre dicha temática, cuando se hace referencia a la adquisición del registro oral o escrito de una lengua histórica, los autores se enmarcan en una concepción del lenguaje en la cual la función comunicativa es su principal característica. Así, por ejemplo la idea de la relación entre la palabra y el lenguaje como un proceso, un hecho viviente, un continuo ir y venir del pensamiento al lenguaje, permiten percibir la interacción entre los mismos y su interdependencia. Por otro lado, hay una cuestión importante de destacar y que se relaciona con la equiparación que se hace en la mayoría de los textos, entre el concepto de lenguaje y la facultad de hablar. Siempre que se habla de la adquisición del código español, se lo hace mediante el término lenguaje oral mientras que la adquisición de la lengua escrita se relaciona con los procesos alfabetizadores de la lectoescritura. Se han realizado muchos análisis sobre la problemática de la comprensión lectora de los sordos y los resultados han llevado a hacer exhaustivos diagnósticos para explicar los variados factores que hacen que la comprensión de los textos por parte de los sordos sea deficiente. Marchessi (1990) señala como dificultades aquellas que se relacionan con el manejo de un vocabulario reducido y con el desconocimiento de la estructura sintáctica y de las estructuras textuales. Cabe aclarar que el término “conocimiento del lenguaje” es utilizado por este autor como conocimiento de las estructuras sintácticas del idioma. Otro autor cuya producción ha tenido gran circulación en el país es Santiago Torres Monreal. Su tesis se centra en que la principal dificultad del sordo es que la falta de audición ha impedido un desarrollo fonológico adecuado, fundamento esencial para la creación de su Modelo Oral Complementado. El procesamiento del leguaje no sólo exige del uso de información sintáctica, léxica, semántica y pragmática sino también de mecanismos para el procesamiento de estos tipos de información. Señala algunas hipótesis explicativas acerca de las dificultades en cada uno de los niveles, aunque reconoce que “las deficiencias en el nivel sintáctico se deben a que el sordo no ha podido desarrollar naturalmente las estructuras sintácticas complejas por las escasas exposiciones a las construcciones sintácticas de la lengua oral.” Torres Monreal (1999:104) hace referencia a que hay poca bibliografía que explique la naturaleza de este tipo de carencia. Por lo general su trabajo se
orienta hacia la adquisición de la lengua oral mediante el desarrollo temprano de las oposiciones fonológicas usando complementos manuales que acompañen a la lectura labial. Asimismo, los diferentes métodos oralistas que se aplican en el país, basados en las Claves Fitzgerald para la estructuración del lenguaje, tienen como objetivo la organización del que se le va a enseñar al niño sordo y “no se usa para enseñar lenguaje sino para ordenarlo lógicamente” (IOM : Instituto Oral Modelo) . Este modelo parte de la idea de que la “lengua viva” se presenta en forma caótica y que el niño oyente la asimila en forma inconsciente, mientras que el niño sordo no puede hacerlo y por ello es necesario organizarlo para que luego éste pueda fijarlo y estructurarlo de manera organizada. El método hace que el niño trabaje repitiendo cada una de las estructuras lógicamente organizadas en el orden preestablecido de la sintaxis del español, desde lo más simple a lo más complejo y se espera que luego de haber internalizado todas las estructuras, el niño las usará por sí mismo, como lo hace habitualmente un oyente. Muchas personas sordas pueden reproducir una serie de estructuras superficiales “aprendidas” mediante el trabajo de rehabilitación tradicional , pero su gran dificultad consiste en poder generar, a partir de lo “aprendido”, nuevas estructuras en forma gramaticalmente correcta o bien comprender otras nunca vistas, aunque los mismos “conozcan” cada uno de los elementos que componen dichos enunciados. La cuestión de la diferencia entre el significado léxico y el significado oracional cobra importancia en este tipo de estudios pues se trata justamente de lograr que el niño sordo desarrolle su capacidad para utilizar, tanto en forma productiva como comprensiva, enunciados lingüísticos significativos. IV UNA PROPUESTA DIFERENTE : LA Logogenia La Logogenia fue creada en México, hace aproximadamente 10 años, por una investigadora de la Dirección de Lingüística del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH); Dra. Bruna Radelli, junto a especialistas de los Servicios Educativos Integrados del Estado de México (SEIEM); quienes iniciaron una investigación que tenía como objetivo dar respuesta a los problemas que presentaban los estudiantes sordos frente a los contenidos académicos. La respuesta a la que se arribó fue la de que ellos no sabían Español. Para demostrar esta hipótesis, se realizó una sistemática intervención con niños sordos y el resultado de la misma dio origen al método. Este método innovador presentó una alternativa muy eficaz en el ámbito de la investigación de esta temática, pues ofreció el abordaje de la misma desde otra perspectiva teórica que permitió comprender y explicar la naturaleza del fenómeno en cuestión desde un enfoque diferente y que puede ser aplicado con total independencia de los medios que utilicen los niños y jóvenes sordos para comunicarse (lengua oral o lengua de señas) La Logogenia toma como base teórica la Gramática Generativa, considerando que la capacidad humana para adquirir y desarrollar el lenguaje tiene naturaleza biológica, innata y se adquiere por el simple contacto verbal con una lengua determinada. Es por esa razón que las personas que nacen sordas o que pierden la audición en períodos tempranos de la adquisición de una lengua, no pueden desarrollar su competencia lingüística en forma natural. Y como una lengua natural no es enseñada ni aprendida, sino sólo adquirida, resulta lógico explicar el fracaso de los métodos que intentan enseñar el lenguaje a los sordos. Se propone, a través de este método, desarrollar una intervención artificial que permita el desarrollo natural del lenguaje. Se utiliza un canal diferente, la vista, para ofrecer la información lingüística necesaria que permita activar el sistema biológico; de modo que el sordo adquiere y desarrolla su competencia lingüística a través de la lectura y la escritura.
Mediante la Logogenia, se intentará explicar el proceso de adquisición y desarrollo del lenguaje en los sordos en relación con el proceso natural que se desarrolla en los oyentes. Esto llevará a la idea de que dicha competencia, que se activa en forma natural en las personas oyentes mediante el intercambio de mensajes por vía auditiva, en las personas sordas no puede ser enseñada, sino activada. En este sentido, La Logogenia parte de los supuestos innatistas de adquisición del lenguaje y se sustenta en postulados que consideran que la facultad innata de adquirir una lengua está intacta en los sordos; al no existir ningún daño cerebral no existen motivos para pensar que un sordo no pueda desarrollarla, por lo tanto el objetivo del método es su activación por medios diferentes a los acústicos. Se trabaja con el código escrito porque se considera que el sonido es independiente del lenguaje, es sólo un vehículo por el cual las personas oyentes lo adquieren, pero no es indispensable para la adquisición. Las lenguas humanas poseen un nivel fonológico constituido por elementos distintivos pero carentes de significados, la distinción se realiza mediante la oposición de los mismos en secuencias sonoras. La Logogenia pretende hacer visible, mediante la escritura, la oposición de los diferentes aspectos gramaticales. El hecho de que los niños sordos puedan desarrollar naturalmente una lengua de señas a través de un vehículo diferente al sonido, como es el caso del canal viso- gestual, corrobora la hipótesis en la que se basa la Logogenia: el lenguaje se puede adquirir mediante el medio visual; de allí que se presenta la alternativa de la modalidad escrita. Lo relevante para la adquisición de la lengua es la calidad del input y no la cantidad de información que se presenta. Esto se sostiene por el principio de la gramática generativa que ha demostrado que un niño oyente adquiere una lengua independientemente de la cantidad de estímulos que recibe o de los errores que se puedan presentar en los mismos. Todos llegan a la misma competencia lingüística, no hay mayor competencia o menor competencia. Cuando se dice que una persona sabe una lengua, en este sentido, se quiere decir que posee la facultad que le permite utilizar el lenguaje en forma creativa y autónoma. Se puede evaluar que una persona posee o no competencia lingüística cuando es capaz de reconocer cuándo una estructura es correcta o no desde el punto de vista gramatical y con independencia del contenido lógico de lo que transmite. También se puede reconocer esta competencia en los ejemplos de frases ambiguas, en donde una persona puede percibir los dos significados subyacentes en la misma estructura superficial. Este tipo de prueba es la base para la comprensión del lenguaje metafórico. El instrumento básico de trabajo son los llamados “pares mínimos”. Consisten en dos secuencias oracionales diferentes entre sí sólo por un elemento, pero no se trata solamente de cambios semánticos sino que también se establecen distinciones entre otros elementos que, aunque no posean significado, pueden provocar cambios de significado en una frase: artículos, pronombres, deícticos, clíticos, flexiones, orden sintáctico. Estos elementos no pertenecen a clases abiertas como los lexemas sino que son limitados pero permiten ilimitadas combinaciones. En ese sentido se puede decir que la Logogenia es un método económico, ya que con pocas opciones se pueden generar innumerables estructuras nuevas. VI CONCLUSIONES Para poder concebir un modelo educativo que pretenda desarrolla prácticas lectoras en las personas sordas y lograr que ellos descubran que hay un mundo detrás del papel, hace falta un espíritu revolucionario. ¿Por qué un espíritu revolucionario? Porque sólo las revoluciones cambian las historias.
La que los sordos escribieron desde sus necesidades comunicativas ya tiene un buen final, la sociedad ha reconocido los derechos de estas personas -negados en otras épocas- que aunque posean un medio diferente de comunicación pueden ser partícipes de una cultura pluralista ejerciendo sus deberes y derechos como cualquier ciudadano. Sin embargo hay otras historias que aún no se escriben. Una de ellas es la que relaciona la sordera con la escritura y la lectura. Para ello es necesario mirar el lenguaje desde otro lado, desde su naturaleza biológica y su maravillosa computabilidad. En este sentido, “saber una lengua”, es poseer un conjunto de conocimientos representados en forma estable en la mente de una persona y localizados en el sistema biológico humano. Es decir que se trata de distinguir los ámbitos del conocimiento lingüístico de la actividad lingüística. Si bien el método Logogenia trabaja con la actividad lingüística de los niños sordos, en sus procesos de comprensión y de producción verbal, mediante el código escrito, no toma en cuenta la dimensión funcional del lenguaje sino que se centra en su dimensión estructural. Pero no interesa estudiar descriptivamente la lengua, elaborando un inventario de todas la posibles oraciones o “estructuras superficiales” que usan los hablantes, sino estudiar la forma en que se generan dichas estructuras en las personas sordas desde su facultad lingüística; a partir de la interacción, mediante el código escrito, de enunciados comunicativos escritos. Macarena recibe Logogenia desde hace ocho meses , está integrada en 6 ° año de EGB de la escuela común y en su cuaderno escribió:
y la maestra le puso un “Muy bueno” . A mí me quedaba la duda de saber si ella tenía idea de lo que significaba la presencia o ausencia de “en” en la oración anterior entonces le escribí dos oraciones:
Saltá en la silla. Saltá la silla.
Y la invité a que hiciera lo que las oraciones decían. En ambos casos Macarena se subió a la silla y saltó hacia el suelo, entonces yo le dije que lo que ella había hecho era “Saltá de la silla” y ella me respondió que “de” se usa para decir que algo es de alguien. Entonces yo leí cada una de las oraciones y en un caso hice lo mismo que ella, en el otro me subí a la silla y salté sobre la misma y finalmente –y con gran esfuerzo- atravesé la silla de un salto. Aún no puedo borrar de mi memoria la cara de Macarena mirando cada una de las preposiciones. Luego realicé otras oraciones más y ella saltaba, cruzaba, escribía , dibujaba y realizaba acciones utilizando las preposiciones según aparecían en cada caso. Seguidamente volvimos al cuaderno y ella comenzó a reírse y mientras borraba la palabra “en” de la primera oración, me decía que le causaba gracia imaginarse a San Martín saltando en la punta de los Andes. VII BIBLIOGRAFÍA
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Self-Organising Mechanisms from Social and Business/EconomicsApproachesHASSAS SalimaLIRIS-CNRS, University of Lyon [email protected]://www710.univ-lyon1.fr/˜hassasDI MARZO-SERUGENDO GiovannaUniversity of [email protected]://cui.unige.ch/˜dimarzo/KARAGEORGOS AnthonyUniversity of Thessaly, [email protected]://inf-server.inf.uth.gr/˜karageorgos/CA